Bueno, creo que este tema es muy interesante, o serán pajas mentales mías debido a mi profesión en todo caso creo que la conservación de meteoritos es un aspecto muy delicado y a tener en cuenta en todo momento.
Ya sabéis que existen diversos tipos de meteoritos, pero básicamente los cuidados son los mismos para todos. Dado que todos contienen una parte metálica en mayor o menor grado, lo ideal es protegerlos de la humedad y de los agentes oxidantes (la atmósfera y el agua, básicamente). Su encapsulado en campanas de vacío sería lo ideal. A falta de esto, unas vitrinas herméticas en cuyo interior dispongamos unos recipientes con gel de silice, y un higrómetro que nos controle el grado de humedad interior en todo momento.

Personalmente tengo una manía, y es no tocar los meteoritos con las manos (uso guantes de vinilo). El motivo, evitar contaminantes sobre la roca. En las muestras halladas en el curso de mis expediciones, ninguna ha sido tocada con las manos, y a la hora de sus análisis, se agradece.

Como ya sabéis, los cóndrulos de las condritas son minerales impresionantes, los Bloques de construcción del sistema solar, y es importante que las condritas sean bien protegidas de las vibraciones y los agentes erosivos y degradatorios.

Bueno, no quiero cansar tampoco con un manual de consejos. Básicamente son estos los cuidados. Si alguien propone algo nuevo, sería interesante comentarlo.

A mi los meteoritos metálicos y los metalo-rocosos, son los que me traen de cabeza, los compro que son brillantes y muy bonitos, pero al cabo de uno o dos años, les va saliendo óxido hasta convertirse en marrones. Tal como dices tu, AstrofísicoCanarias, ahora los tengo dentro de una caja semihermética con bolsitas antihumedad... aunque el mal ya está hecho.

Yo los tengo en una vitrina de cristal, no es hermetica del todo pero tengo las bolsitas anti humedad similares a las que vienen en las cajas de zapatos y parece que hacen su función.

Parte de mi familia trabaja en museos y por lo que tengo entendido los objetos metálicos los guardan siempre en cajas de madera porosa (sin barnizar) ya que esta absorbe la humedad que pueda haber dentro. No usan cajas ni recipientes de materiales plásticos o metálicos dado que en estos la humedad no puede "escapar" sino que se condensa y puede adherirse a la pieza dañándola. Además, siempre suelen poner dentro bolsitas de gel de sílice que van cambiando periódicamente.

Para conservar objetos de gran tamaño que no pueden ser guardados en cajas, lo que hacen es aplicar por la superficie una fina capa de aceite inorgánico que protege la pieza contra las agresiones externas como el CO2 que exhalan los visitantes al respirar.

Por su puesto, no tocan nada si no llevan puestos guantes de tela o de latex ya que la sudor, por poca que sea, no solo contiene agua sino también ácidos que pueden corroer el metal si se manipula directamente.